Tablilla VIII (Anverso I)
Al primer resplandor del alba Gilgamesh dijo a su amigo:

(II) «¡Oídme, oh ancianos, [y prestad oído] a mí! Por Enkidu, mi [amigo], lloro, Gimiendo amargamente como una plañidera. El hacha de mi costado, confianza de mi mano, El puñal de mi cinto, [el escudo] delante de mí, Mi túnica de fiesta, mi más rico tocado– ¡Un demonio [perverso] apareció arrebatándomelos! [¡Oh mi amigo menor], tú cazaste El onagro de las colinas, la pantera del llano! ¡Enkidu, mi amigo menor, cazaste El onagro de las colinas, la pantera del llano! (10) ¡Nosotros que [vencimos] todas las cosas, escalamos los montes], Que prendimos el Toro [y lo matamos], ¡Afligimos a Hubaba, que [vivía en el Bosque de los Cedros]! ¿Cuál es el sueño que se adueño [de ti]? ¡Ignoras y no [me] oyes!» Pero no levanta [sus ojos]; Tocó su corazón, pero no late. Entonces veló (a su) amigo como una desposada[… ], Arrebatado cerca de él como un león, Como una leona privada de [sus] cachorros. (20) Va y viene ante [el lecho], Arrancándose (el pelo) y esparciéndo[lo …], Jer 16:6; 48:37 ¡Desgarrando y diseminando (su) atuendo [Como si estuviera] im[puro]! Al primer arrebol [del alba], Gil[games…]. Entonces Gilgamesh envió un pregón al país: «Oh forjador [… ], Batidor de cobre, aurífice, lapidario: ¡Haced a mi amigo [ … ] ! » [Entonces] formó una estatua para su amigo, El amigo cuya estatura [… ]: «[…], de lapislázuli es tu pecho, de oro tu cuerpo, [… ]».
(III) «Un lecho [de honor te hice ocupar], Te coloqué [en el asiento de la holgura, en el asiento de la izquierda], Para que los príncipes de la tierra [besaran tus pies]. Haré que las gentes [de Uruk] lloren por ti (y) [se lamenten], Que el pueblo alegre [gima por ti]. Y, cuando te hayas ido, [Cubriré mi cuerpo de pelo intonso] Y, vistiendo una piel [de león, erraré por la estepa].» Al primer arrebol del alba, [Gilgamesh] Aflojó su banda […]. El resto de la tablilla falta o su estado fragmentario impide su traducción, salvo en el caso de las líneas siguientes
(V) (45) Al primer resplandor del alba, Gilgamesh formó [… ], Sacó una ancha mesa de madera elammaqu, Llenó de miel una jarra de cornerina, Llenó de requesón una jarra de lapislázuli, [… ] decoró y expuso al sol.
El Poema de Gilgamesh es la primera epopeya de la Literatura universal. El texto, cincelado en unas tablillas encontradas en la biblioteca del palacio de Asurbanipal, descubierto en el siglo XIX, relata las aventuras de Gilgamesh (legendario rey de Uruk, cuya historicidad es muy probable) y su amigo Enkidu (nacido humano y personaje enteramente ficticio).
El Poema del Gilgamesh, compuesto varios milenios antes de nuestra era, recoge ya los arquetipos que jalonan las grandes obras literarias posteriores: el descubrimiento del amor y la amistad, la necesidad de aventura, el desdén hacia los dioses, la búsqueda de la inmortalidad, el miedo a la muerte, la lucha frente al destino…
Del poema -incompleto en alguna de sus partes- se ha rescatado más de una versión. Originalmente la obra fue una creación sumeria, pero su forma actual responde a las sucesivas refundiciones del texto en época paleobabilónica. Aquí hemo traído un extracto de la octava tablilla, en su versión asiria, en la que Gilgamesh llora la muerte de Enkidu.
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