Un anciano marinero, macilento y de aspecto trastornado, aborda a uno de
los invitados a una boda y le retiene obligándole a escuchar su
historia, la de una navegación en que las fuertes tormentas arrastran su
barco llevándolo cerca de la Antártida. Allí, un albatros empieza a
acercarse al buque. La tripulación, que lo considera augurio de buena
fortuna, lo alimenta. Sin embargo, el marinero, sin ningún motivo, le
dispara y lo mata. A partir de ese momento, la tripulación presiente una
catástrofe, de la que culpa al marinero, y lo castiga obligándole a
llevar el ave en el cuello como símbolo de su culpabilidad. Pronto la
nave tiene un encuentro espectral con la muerte y la muerte en vida, que
se juegan a los dados el alma del Marinero. El marinero, al ver morir a
toda la tripulación, se arrepiente y, simbólicamente, el ave que
colgaba de su cuello cae y es liberado de la maldición. Un ermitaño lo
perdona, pero le impone la penitencia de vagar por el mundo contando una
y otra vez su historia.
Coleridge presenta un mundo sobrenatural, gobernado por la fantasía y el instinto, en que el crimen cometido contra la naturaleza se paga con una expiación cargada de soledad. El poema recuerda a los antiguos dramas religiosos, pero en un ambiente onírico lleno de resonancias mágicas.
La banda de heavy metal Iron Maiden ha escrito un buen número de
canciones basadas en hechos históricos o en literatura. Uno de sus temas
más célebres es el basado en este mismo poema de S.T. Coleridge. Es un
tema largo con varios cambios y resulta interesante, además de por cómo
traduce el poema a la música, porque utiliza en algunos momentos las
mismas estrofas del poema original.
FUENTE: ESTE BLOG
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